miércoles, septiembre 7

Viaje a los origenes X

Son las 19:30 y me encuentro sentado en un campo sembrado de melocotones en algún lugar del sur de Francia, esperando que caiga el sol para comenzar a montar la tienda y sus derivados. En estos momentos y a mitad de ruta, con el horizonte del destino aún muy lejos, con hambre, cansado, ganas de una ducha, comienzo a replantearme el porque de este viaje... sabía desde que comencé a ilusionarme con este proyecto, que este día llegaría, ese día fatídico donde te preguntas muchas cosas, había llegado y encima, en el peor momento.

¿Por qué no elegir otra manera de viajar?, menos sacrificada?, por qué no usar mis vacaciones solo para descansar?, como hace la inmensa mayoría de las personas, por qué no otro medio de transporte?, por qué no más comodidades? y así hasta que las interrogaciones ocupan todos mis pensamenientos.
Busco respuestas para convencerme y rápidamente empiezo a encontarlas: la ilusión que tenía antes y durante el viaje. Hacer de un descanso, una buena comida o un simple ducha, el regalo más grande y merecido que se puede tener. Sacrificarme en las subidas, para luego dejarme caer en la bajada, y sonreir como un niño. Enfrentar las adversidades con la maduréz que requiera la situación. Hacer del día a día, un juego de incognitas, sin saber que encontrarás más allá del horizonte. Todo estas respuestas y más, hicieron además de subirme la moral, pensar que no había otro medio de transporte más idóneo para viajar, que la bici. La que te permite parar y hablar con cualquier persona en cualquier momento y cualquier situación o contemplar un paisaje solo con poner pie en tierra. Sentir el frescor de la mañana en el rostro... creo que la palabra ideal que define a la bici es: LIBERTAD.

La culpable de encontrarme en esta situación es la recepcionista de un camping, que sabiendo que el siguiente camping se encontraba a mas de 20 kms. (llevaba 112 kms. y mucho cansancio) no fué capaz de encontrarme un hueco para mi minuscula tienda.
Mientras pedaleaba, empezaba a mirar con cariño los costados de la carretera, viendo que mi cansancio estaba llegando al límite. Y así es como aquí estoy. Amenaza con llover, truena reiteradamente y el cielo se está comenzando a cerrar de un color preocupante!!!...

La etapa más o menos tranquila, con dolores en los abductores que fueron cesando poco a poco. Decidí evitar pasar por Montpellier, y escoger una ruta alternativa... Nuevamente, como el caso de Barcelona, algunos cicloturistas me habian advertido de la peligrosidad de esta gran urbe.

Info etapa:
Agde - Vauvert: 112 Kms.
Tiempo (encima de la bici): 6:47 hs.
Velocidad media: 16,5 Kmh.

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